3/22/2007

Que vergüenza!!!




Un día cualquiera de un mes que no recuerdo en el año 1987 a mi madre se le ocurrió una “gran” idea, disfrazarme de pascuense para una actividad de mi colegio. Sin dudas ese día fue uno de los mas vergonzosos que recuerdo en mi vida, y no tan solo por el material del disfraz que era un saco blanco cortado en tiritas largas y finas, no. Tampoco por lo flacuchento que estaba o por la corona de papel volantín que tenia en la cabeza o por ser tan blanco, no. La vergüenza la sentí cuando mi mamá me puso una sunga negra (que usaba de traje de baño en el verano), debajo de las tiritas de saco. Lo de la sunga se lo tengo que agradecer a mi papá, que en su afán de sobresalir de los demás usaba ridículas sungas en el verano, y obviamente me arrastraba a mi para que siguiera su ejemplo. – En Brasil todos los hombres usan sunga güeon – me decía cada vez que me negaba a usarla.
En el trayecto de mi casa al colegio me imaginaba las burlas de mis compañeros al verme con la diminuta sunga debajo de ese ridículo disfraz de pascuense. Mi mamá me miraba por el espejo retrovisor del auto y notaba lo nervioso e incomodo que me encontraba. A pocas cuadras del colegio mi mamá se detuvo y me pregunto que me pasaba. Con un poco de temor a que se enojara le dije que la sunga me quedaba chica y que me apretaba mis diminutas presitas. Mi mamá con sus manos frías me acomodaba la sunga y con un gesto de extrañeza me hacia entender que todo estaba en perfectas condiciones – Que raro, esta sunguita te la compramos el verano pasado nomás -. Justo cuando mi mamá terminó de decir eso otro gesto en su cara me dio a entender que había comprendido la angustia que me provocaba la idea de tener que entrar al colegio con la mini sunga tipo colales, y con una pequeña sonrisa en la cara me dijo que volveríamos a la casa para sacarme la vergonzosa prenda y ponerme un pantalón corto. En ese momento el alma me volvió al cuerpo.
Cuando llegue al colegio no me importaban las burlas de mis compañeros por lo mariconcito y ridículo de mi disfraz. Creo que fue tanto el alivio que sentía en ese momento por no tener que usar la mini sunga que baile, corrí, grite y me reí como nunca antes lo había hecho en mi colegio.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajaja. Realmente de antología! la foto! no te pareces en nada!
Muy buena la anécdota... Todos bailamos de pascuense alguna vez. Con precarios disfraces hechos de papel volantín, lustre y otros materiales económicos...

Me encantó tu escrito...

Bueno, nos vemos!


Jorge!

Anónimo dijo...

jaa buena la foto.. io creo q todos tenemos la tipica foto q nos averguenza un poco de cunado eramos enanos..

tb tengo una de pascuese lo unico distinto es q a mi me encanto me veia re linda jaa.

ia besitos que estis super.

y ia llegare por alla crusa los dedos¡¡¡

Anónimo dijo...

En realidad los sungas son magnificos, a mi me encantan los sungas....
y, como te verias ahora con ellos ?
mmmmmmmm
Igual te pareces un poco a hotuiti jajajajaja
besos

Anónimo dijo...

Hola no te conozco, pero debo vestir de pascuense a mi hijo, y me puse a buscar imagenes en google para ver ideas de "niño vestido de pascuense", confieso que hasta tu declaracion estaba bien tentada de hacerle el traje de "saco desplumado", pero ahora estoy en la duda... me odiara mi hijo por muchos años???
Gracias por tu aoprte... Seguire pensando...